Investigadores demuestran que los esteroides anabólicos para aumentar la masa muscular causan daños graves en el hígado

Investigadores demuestran que los esteroides anabólicos para aumentar la masa muscular causan daños graves en el hígado

Se obtuvieron los mismos resultados que en los pacientes, que demostraban que el epistane efectivamente aumenta los niveles de ácidos biliares, sobre todo el ácido cólico, y los tres principales enzimas que participan en su síntesis. Las investigaciones indican que la mayoría de los receptores de los esteroides anabólicos están en el núcleo de la célula. Existen también pruebas que indican que los esteroides anabólicos aceleran el crecimiento de las células sensibles a esta hormona.

  • Todos los andrógenos tienen acción anabólica proteica además de la acción virilizante (la testosterona por caso es uno de los más potentes anabólicos).
  • Existen también pruebas que indican que los esteroides anabólicos aceleran el crecimiento de las células sensibles a esta hormona.
  • “Abrimos de esta manera una nueva vía para el estudio de la colestasis inducida por fármacos, que puede perjudicar el funcionamiento del hígado hasta el punto de que haya un fallo hepático fulminante y sea necesario un trasplante. Comopor el momento no existe una terapia específica, esta investigación puede ayudar al desarrollo de nuevos tratamientos”, ha concluido el coordinador del estudio, el investigador Ramiro Jover.
  • Según este trabajo el epistane aumenta la síntesis de ácidos biliares conjugados, mediante la inducción de los niveles de una enzima clave para dicha síntesis, el CYP8B1, lo que contribuye al aumento de ácidos biliares en el hígado.
  • Hay que tener claro que el sistema endocrino es una máquina perfecta en la que todas la hormonas trabajan en cadena, unas estimulando y otras frenando para que el cuerpo funcione a la perfección.

Al hacer clic en Enviar, aceptas que ISAF almacene y procese la información personal suministrada arriba para proporcionarte el contenido solicitado. Para obtener más información sobre cómo darte de baja, nuestras prácticas de privacidad y cómo nos comprometemos a proteger y respetar tu privacidad, consulta nuestra Política de privacidad. Sea cual sea el camino metabólico que tome la testosterona, la mitad de su vida (el tiempo necesario para degradarse la mitad de la sustancia original) es de sólo diez o veinte minutos. La testosterona puede ser absorbida por tejidos dependientes de esta hormona, como la próstata y la vesícula seminal.

Parámetros que se ven alterados en una analítica por el uso de esteroides

Hay que tomar en consideración que a dosis altas todos los anabólicos tienen intensos efectos andrógenos. Todos los andrógenos tienen acción anabólica proteica además de la acción virilizante (la testosterona por caso es uno de los más potentes anabólicos). Al igual que con la mayoría de las hormonas esteroideas, el aparato digestivo no absorbe bien la testosterona; y lo que llega a la sangre es desactivado rápidamente por el hígado.

  • Alguien que usa esteroides y se vas a hacer un análisis de sangre por voluntad propia, o por reconocimiento de empresa, o porque está empezando a notar los efectos secundarios del “mal uso” de los anabolizantes, tiene que tener en cuenta que hay diversos parámetros que se pueden ver alterados.
  • En el varón adulto existe una producción media de testosterona de 7mg/día, el 95% se secreta en los testículos, bajo estímulo de la LH, y el otro 5% en la corteza suprarrenal (riñón).
  • Se obtuvieron los mismos resultados que en los pacientes, que demostraban que el epistane efectivamente aumenta los niveles de ácidos biliares, sobre todo el ácido cólico, y los tres principales enzimas que participan en su síntesis.
  • La testosterona fue sintetizada por primera vez en 1935, pero ya en 1940 ya se vió que ofrecía unos resultados espectaculares en el aumento, tanto de masa muscular como de resistencia en el trabajo, aunque su utilización no clínica se inició a mediados de los años 50.
  • Por último, la investigación del CIBEREHD ha permitido conocer mejor los mecanismos de la colestasis inducida por medicamentos, que supone entre un 35 y un 50 por ciento de los casos de los pacientes que padecen una lesión hepática tóxica producida por fármacos.

La testosterona fue sintetizada por primera vez en 1935, pero ya en 1940 ya se vió que ofrecía unos resultados espectaculares en el aumento, tanto de masa muscular como de resistencia en el trabajo, aunque su utilización no clínica se inició a mediados de los años 50. Queda prohibida toda reproducción sin permiso escrito de la empresa a los efectos del artículo 32.1, párrafo segundo, de la Ley de Propiedad Intelectual. Asimismo, a los efectos establecidos en el artículo 33.1 de Ley de Propiedad Intelectual, la empresa hace constar la correspondiente reserva de derechos, por sí y por medio de sus redactores o autores. En principio son consecuencias reversibles, en cuanto se deja de tomar el esteroide y así recuperar las funciones perdidas, aunque depende del tiempo que se ha abusado de los esteróides, de la cantidad y el tipo de los mismos, puede haber casos en que volver a un funcionamiento normal sea largo y tedioso.

Efectos secundarios del uso de esteroides

Igualmente, esta investigación también ha permitido averiguar que epistane puede interferir en las vías reguladoras mediadas por algunos receptores nucleares del hígado. Un nuevo estudio publicado en Archives of Toxicology ha revelado cómo los esteroides anabólicos para aumentar masa muscular causan graves daños en el hígado. Esto provoca una patología conocida como colestasis, una enfermedad que se caracteriza por la disminución o la ausencia del flujo normal de la bilis desde el hígado hasta el duodeno. También se demostró que el epistane puede interferir en las vías reguladoras mediadas por algunos receptores nucleares del hígado.

Para incrementar la eficacia de los esteroides para uso terapéutico, los científicos han añadido un grupo lateral al carbono número 17. Este tipo de esteroides, llamados grupos alquil, tienen menos posibilidades de que el hígado los degrade. Otros derivados, llamados 19-nortestosterona, están entre los más eficaces, pues tienen muchas propiedades anabólicas y pocas andrógenas.

La testosterona es una hormona esteroide de 19 átomos de carbono sintetizada a partir de colesterol. Hay que tener claro que el sistema endocrino es una máquina perfecta en la que todas la hormonas trabajan en cadena, unas estimulando y otras frenando para que el cuerpo funcione a la perfección. Al meter esas dosis tan altas de esteroides, todo ese ciclo se rompe, alterando la cadena y produciendo todos los efectos secundarios mencionados, y más. Alguien que usa esteroides y se vas a hacer un análisis de sangre por voluntad propia, o por reconocimiento de empresa, o porque está empezando a notar los efectos secundarios del “mal uso” de los anabolizantes, tiene que tener en cuenta que hay diversos parámetros que se pueden ver alterados.

La investigación del CIBEREHD cuenta con una trascendencia mayor ya que permite conocer mejor los mecanismos de la colestasis inducida por medicamentos, que se observa frecuentemente (35-50% de los casos) en los pacientes que padecen una lesión hepática tóxica por fármacos. Por último, la investigación del CIBEREHD ha permitido conocer mejor los mecanismos de la colestasis inducida por medicamentos, que supone entre un 35 y un 50 por ciento de los casos de los pacientes que padecen una lesión hepática tóxica producida por fármacos. Los estereoides anabólicos como el epistane, empleados frecuentemente por usuarios de gimnasio para aumentar la esteroides anabólicos donde comprar masa muscular, pueden provocar daños graves en el hígado, según ha demostrado una investigación del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD) del grupo de José Vicente Castell en el Instituto de Investigación Sanitaria, que se ha publicado en ‘Archives of Toxicology’. En este sentido, en este artículo se demuestra por primera vez la importancia del receptor nuclear de andrógenos del hígado en el metabolismo de los ácidos biliares, y asimismo la amplia variabilidad poblacional de los niveles de la enzima CYP8B1 explicaría por qué existen personas con más riesgo y por qué no todas las que usan epistane desarrollan colestasis.

Otras webs del grupo

Los esteroides anabólicos, como derivados de la testosterona son moléculas que contienen 19 átomos de carbono distribuidos geométricamente formando este dibujo. Como la mayoría de las sustancias químicas, la testosterona y sus derivados anabólicos producen sus efectos a nivel celular. Los biólogos moleculares han bautizado esta afinidad como la hipótesis de la cerradura y la llave. De la misma forma que una cerradura está construida para una sola llave, también estas células admiten una única molécula geométrica.

Investigadores demuestran que los esteroides anabólicos para aumentar la masa muscular causan daños graves en el hígado

En el hombre adulto se producen alrededor de 6 a 8 mg de testosterona por día, y en la mujer la producción diaria es de 0,5 de testosterona y de 1,5 mg de androstenediona. En el varón adulto existe una producción media de testosterona de 7mg/día, el 95% se secreta en los testículos, bajo estímulo de la LH, y el otro 5% en la corteza suprarrenal (riñón).

Según explican, el epistane aumenta la “síntesis de ácidos biliares conjugados”, mediante la “inducción de los niveles de un enzima clave para dicha síntesis, el CYP8B1”. Al complicarse su correcta eliminación por la bilis se provoca la colestasis, una enfermedad caracterizada por la disminución o la ausencia del flujo normal de la bilis desde el hígado hasta el duodeno. Asimismo, los autores también han demostrado que el epistane puede interferir en las vías reguladoras mediadas por algunos receptores nucleares del hígado. La novedad de esta investigación, es que si bien se conocía la relación entre los esteroides anabólicos y la aparición de colestasis, hasta el momento se desconocía el mecanismo subyacente.

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